tag:blogger.com,1999:blog-52148612024-03-13T12:27:33.354-06:00La materia no existeTextos de Alberto Chimal, escritor mexicanoUnknownnoreply@blogger.comBlogger173125tag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1133980185256491042005-12-07T12:26:00.000-06:002005-12-07T12:29:45.270-06:00La nueva mudanzaEste blog sigue en movimiento... En cierto modo. Espero haberle hallado una casa nueva y permanente en <a href="http://www.lashistorias.com.mx/blog">http://www.lashistorias.com.mx/blog</a>. El nombre de esa nueva bitácora es, por supuesto, "Las historias", y está dedicada a lo que pueda contenerse en ese nombre. Espero que la visiten y que encuentren en ella algo de su interés. Como siempre, muchas gracias.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1119468257117005162005-06-22T14:08:00.000-05:002005-06-23T13:58:26.840-05:00Este blog ya se mudóEste blog (o, con toda propiedad, quien lo escribe) se ha mudado con macetas, librero y teclado a una nueva casa virtual, situada en <a href="http://albertochimal.blogsome.com">http://albertochimal.blogsome.com</a>. El sitio nuevo se llama, no sé por qué, "Ánima dispersa"; y el proveedor tiene algunas faltas, pero ninguna terrible; espero que el conjunto sea más flexible y rápido. He actualizado el enlace en el servicio de Bloglinker; ojalá me ayuden actualizando los de ustedes.<br /><br />Muchas gracias por haber venido durante los casi dos años que duró esta encarnación de bitácora, que seguirá aquí, como archivo, mientras le encuentro un almacenamiento más permanente (véase, a tal respecto, <a href="http://albertochimal.blogsome.com/2005/06/21/el-juego-de-los-nombres/">esta nota</a>). Ojalá que podamos seguir conversando en el nuevo blog. Mientras nos leemos por allá, muchos saludos para todos y suerte. Quedo de ustedes, también, en esta <a href="mailto:kustos@gmail.com">dirección de correo electrónico</a>.<br /><br /><em>A.C.</em><br /><br />PD. Les dejo un regalo de mudanza: <a href="http://www.fatalespejo.com.mx/ac/Here_He_Comes.mp3">"Here He Comes"</a>, de Brian Eno (<em>Before and After Science</em>, 1977; 5.17 MB). Lo dejaré un mes entero si antes no llegan los de la compañía disquera. Salud...Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1118982712819799752005-06-18T17:36:00.000-05:002005-06-18T19:55:24.106-05:00La estafeta literaria<em>Nadie me la hizo llegar, pero esta cadena de preguntas literarias me ha gustado de leerla en los blogs de <a href="http://quinismo.blogspot.com/" target=_blank>Lukas</a> y <a href="http://caracoles.blogspot.com/" target=_blank>Guillermo Vega</a> (otros dos para visitarse, por lo demás), así que la respondo:</em><br /><br /><strong>Estás atrapado en <em>Fahrenheit 451</em>, ¿qué libro te gustaría ser?</strong><br />Dejando aparte lo horrible de la situación, elegiría uno de Borges: <em>Ficciones</em>.<br /><br /><strong>¿Alguna vez te enamoraste de algún personaje de ficción?</strong><br />Sí, pero no diré de quién.<br /><br /><strong>¿El último libro que compraste fue...?</strong><br />Uno de teoría para la tan aplazada tesis: <em>Absent Narratives</em> de Elizabeth Scala, sobre literatura medieval (muy interesante: leo en él, por ejemplo, que en ese tiempo ser "original" significaba tener respeto por el trabajo de previas autoridades; me pregunto si andaremos tan lejos de esa idea ahora).<br /><br /><strong>¿Qué estás leyendo actualmente?</strong><br /><em>A Scanner Darkly</em> (<em>Una mirada en la oscuridad</em>) de Philip K. Dick, que es de esas rarezas: una pesadilla sumamente conmovedora.<br /><br /><strong>Cinco libros que llevarías a una isla desierta:</strong><br />1. <em>El otoño recorre las islas</em> de José Carlos Becerra.<br />2. <em>Tristram Shandy</em> de Laurence Sterne.<br />3. <em>Diccionario jázaro</em> de Milorad Pavic.<br />4. Las <em>Novelas ejemplares</em> de Cervantes.<br />5. <em>Lolita</em> y <em>Pálido fuego</em> de Vladimir Nabokov (con las pastas pegadas para que no se note que son dos; ni modo, no me puedo decidir).<br /><br /><strong>¿A quién le pasas el relevo y por qué?</strong>A <a href="http://rax.blogspot.com">Rax</a> porque me interesa saber lo que responderá y por el cariño (por supuesto); a <a href="http://elaljibe.blogspot.com">Erika</a> porque además de escribir lee muy bien y tiene gustos interesantes y variados; a <a href="http://notasdeluisfey.blogspot.com">Luis Felipe</a> para acompañarlo, siquiera así, mientras prosigue su viaje canadiense; por fin, a <a href="http://rasabadu.blogspot.com">Edgar</a> e <a href="http://kalindrafario.blogspot.com">Iliana</a> porque también quiero conocer sus opiniones.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1118980823865526282005-06-16T22:50:00.000-05:002005-06-16T23:03:05.333-05:00EnlacesVarios comentarios en las notas precedentes (más uno que otro paseo por la red, de estos que sigo sin poder efectuar como quisiera) me dejan con el aviso, muy agradable, de varios blogs que no conocía o que tenía tiempo sin visitar. Iliana Vargas escribe sobre literatura y otros temas en <a href="http://kalindrafario.blogspot.com/" target=_blank>Kalidrafario</a>; Carla (o Athewa) escribe de lo cotidiano y de sus hallazgos en <a href="http://athewa.blogspot.com/" target=_blank>17 versiones de mí</a> (que cumple, felicidades, un año); Raquel Olvera hace lo propio y agrega poesía en <a href="http://raquelolvera.blogspot.com/" target=_blank>Eco del eco del eco</a>; <a href="http://dokelibertario.blogspot.com/" target=_blank><em>El doke libertario</em></a> es un <em>blog-magazine</em> de Luis Felipe Bardamu, con muchos textos muy interesantes sobre autores y temas en los márgenes; y, finalmente, el escritor mexicano Bernardo Ruiz acaba de entrar en la blogósfera no con una sino con dos bitácoras: <a href="http://ruix.blogspot.com/" target=_blank>Manual de instrucciones para morir a gotas</a> y <a href="http://miniaforismos.blogspot.com/" target=_blank>En pocas palabras</a>. Quedan invitados. (Por cierto, pronto hallaré el modo de devolver la lista antigua de blogs a esta página rara...)Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1118805612947693692005-06-14T22:17:00.000-05:002005-06-14T22:31:16.236-05:00Bubba Ho-Tep<em>Bubba Ho-Tep</em> (2002) de Don Coscarelli:<br /><br /><img src="http://uashome.alaska.edu/~jndfg20/website/bubba2.gif" width=298 height=326 alt="No, no es Michael Jackson :P" /><br /><br /> En algún momento de los años setenta, Elivs Presley (Bruce Campbell) llegó en su limosina al pueblo de Nacogdoches, Texas, acompañado de su pequeña corte de asistentes y aduladores. Estaba harto de la fama; tras dejar a los empleados cuidando el coche, entró en el camerino de Sebastian Haff, uno de sus muchos imitadores, y le propuso un trato: cambiar su vida con la de él, quedarse en Nacogdoches y en una existencia más sosegada.<br /> Haff aceptó y fue, por tanto, quien regresó a Las Vegas en la limosina y murió en 1977, de una sobredosis y con sólo un calcetín puesto. Elvis se quedó en Nacogdoches y sólo se arrepintió del trato hasta algunos años más tarde, cuando la cadera le falló y lo hizo caer de un escenario con tan mala suerte que permaneció durante años en estado de coma. Hoy, ya anciano, vive en un asilo tejano, casi sin levantarse de la cama; peor aún, todos lo creen Haff y suponen que el coma le produjo daño cerebral, por lo que su estado es todavía un poco más angustioso que el de la mayoría de los internos, a quienes sólo se rebaja o se maltrata por su edad.<br /> Pero los problemas de Elvis no terminan con su cuerpo maltrecho, con la necesidad de usar cómodo y bastón, con la joven visitante que se burla de sus historias ni con la enfermera que, tan fríamente como engrasaría un molde o pondría aceite en un motor, le aplica pomada sobre el tumor canceroso que le crece en el sexo. Además, al asilo llega una momia egipcia que, revivida, se pone sombrero y botas vaqueras y se dedica a asesinar al resto de los internos del asilo para alimentarse de sus almas. Sólo otro anciano (Ossie Davis), quien afirma ser John F. Kennedy y víctima de un complot --pues su cerebro, de creerle, habría sido trasplantado al cuerpo de un afroamericano--, es capaz de ayudar a Elvis a detener al monstruo.<br /> El argumento que antecede parece, desde luego, una amalgama de las peores "noticias" de una revista de lo insólito. Pero Coscarelli, director y guionista conocido por películas de culto como <em>Phantasm</em> (1979) y <em>El señor de las bestias</em> (1982), parte en realidad de un cuento de Joe R. Lansdale, uno de los escritores más excéntricos e interesantes (e ignorados) de los Estados Unidos. Y Lansdale no busca la mera repetición de los clichés de esa esquina negra de la cultura popular (a la <em>Hombres de negro</em> de Barry Sonnenfeld); por el contrario, centra su relato en las personalidades de sus héroes absurdos y en el ambiente en el que viven. Están en el epílogo del "sueño americano"; despojados y enfermos, no les queda sino impotencia, temor y rabia ante la proximidad de la muerte y el desprecio de los más jóvenes, quienes se consideran afortunados de no haber llegado a su hora y muchas veces parecen considerarlos animales u objetos, menos que humanos.<br /><br /><img src="http://www.laserdisken.dk/billeder/forsidealm/1065519646604047.jpg" alt="El cartel" /><br /><br /> El que de todas formas sus protagonistas sean "celebridades" hechas a un lado por la historia, y encima deban enfrentar a un ser de las tinieblas, permite que Coscarelli salte constantemente de un tono a otro, del horror a la farsa, pero sus escalas más numerosas son en una visión comprensiva, pero no complaciente, de la vejez. Si una de las escenas más memorables y conmovedoras de toda la película muestra a una mujer en un pulmón de acero, indefensa e incapaz de resistirse mientras otra le roba los lentes, otra escena igualmente poderosa es la carga de Elvis y Kennedy, respectivamente en andador y silla de ruedas, como una parodia de numerosas tomas semejantes en películas de acción pero a la vez --hay que fijarse en las expresiones de sus rostros, decididas y muy serias-- con una dignidad que va contra todo lo que cabría esperar, si estamos educados por el cine de Hollywood y sus derivados, de sus ropas y sus cuerpos. Éstos no son los viejos que sólo están para inspirar a alguien mucho más joven en los melodramas, o para proveer alivio cómico o chistes fáciles en sus comedias, y la película consigue mantener hasta el final el equilibrio entre los hechos disparatados de la lucha contra la momia y la reflexión serena, triste, sobre la propia vida en la que Elvis y Kennedy se embarcan también.<br /> En 1981, <em>Bandidos del tiempo</em> de Terry Gilliam se convirtió en un éxito de taquilla a despecho de los especialistas en mercadotecnia, que no pudieron clasificar la cinta en ningún "nicho" concreto de mercado (tenía niños, batallas, un demonio, elementos de ciencia ficción y de fantasía épica) y la vieron atraer a espectadores de todas las edades, sexos y "niveles de ingreso". <em>Bubba Ho-Tep</em>, sea o no masivamente conocida, es algo semejante: una película que se rehusa a encajar en compartimientos y reclama para sí (como Lansdale y Coscarelli) todas las posibilidades de la imaginación, por igual altas y bajas, prestigiosas o no, para contar una historia.<br /> (Y su centro, repito, es al mismo tiempo cálido y triste, sabedor de amarguras últimas y de lo que puede quedar, en ellas, de <em>espíritu</em>, esa palabra desgastada, esa otra cosa.)<br /><br /><img src="http://uashome.alaska.edu/~jndfg20/website/bubba.gif" height=292 width=336 alt="Elvis y Kennedy se aprestan para el combate" />Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1118189870882714932005-06-07T19:14:00.000-05:002005-06-07T21:00:24.306-05:00La máquina de escribir<em style="font-size:80%;">Este artículo apareció hace un par de meses en la revista </em>Crítica<em>. --AC</em><br /><br />La máquina de escribir era una criatura de amistades y enconos muy estrechos: ninguna otra conocerá el tacto humano como ella.<br /> La relación, sobre la mesa, ante la hoja de papel aprisionada en el rodillo, parecía tan distante y tan pasiva como la que tienen los tornos poderosos, o los martillos pilones, con los operarios que sólo se acercan a apretarles --a la vez timoratos y obscenos-- uno o dos botones sensibles. Si algo, la mecanografía podía verse como un intercambio más constante y rítmico: sesenta y tantas pulsaciones, entre suaves y tremendas, por cada pausa y cada empujón al rodillo sobre su carro sin motor. Cada veintitantos de estos empujones, la hoja, agotada y cubierta de signos, debía salir y ser suplida por otra. Pero aun en la plenitud de la escritura, había más posibilidades que el contacto pasajero de las yemas o las uñas sobre cada tecla.<br /> Ahora bien, las letras, los números y sus signos aledaños pretenden (todavía) ser un conjunto discreto: el espacio abstracto de los fonemas permisibles y sus varios soportes, pocos en número cardinal pero bastantes para construir la descripción del universo entero. Y el teclado de una máquina de escribir, como hoy los de las computadoras, se fingía un modelo simple, bidimensional, de ese espacio puro.<br /> --Aquí está el pensamiento --decía--, cualquier pensamiento, dividido en sus partículas elementales, y sólo debes tomar la adecuada para cada instante de la composición. La palabra aparece en tu intelecto, muere al descomponerse entre tus dedos, pero luego (por esos mismos dedos) resucita: se fija, tecla a tecla a tecla a...<br /> Sin embargo no era raro que, digamos, el golpe que iba a marcar la letra <em>u </em>de <em>tuna</em> cayera, en vez, en la <em>i</em> de <em>tina</em>, y en más de una ocasión el dedo fracasaba también en alcanzar ese otro blanco y caía enmedio, en un punto del espacio continuo (ni la <em>j</em> ni la <em>k</em>, ni la <em>e</em> ni la <em>r</em>), en un intersticio desprovisto de significante.<br /> Y cuando ocurrían estos tropiezos inesperados, la máquina demostraba no ser sumisa en absoluto. Más de una vez las falanginas y falangetas --en especial si eran delgadas, como las mías-- quedaban atrapadas en las entrañas duras y metálicas en las que nadie quería pensar, y entonces era la venganza de la bestia, la mordida, y a las puntas de los medios, índices, anulares y meñiques las raspaba el borde inferior y agresivo de las teclas, y los costados sentían unos dolores fríos y precisos (de martillos y palancas) sobre la piel, en las coyunturas distraídas, en el alma de los huesos, que en quien escribía se llenaban de orgullo y se creían hasta parte del cerebro, altivos, lejanos de toda labor humillante.<br /> Desde que Giuseppe Ravizza patentó, en 1856, su "címbalo escribiente" (una criatura movediza y díscola, con teclas muy distintas de las de ahora), millones de refriegas nimias como la que he descrito, de sujeciones traicioneras y manumisiones logradas entre gritos, bufidos y movimientos levisísimos, se libraron en superficies de todo tipo, en todas las tierras emergidas y aun más allá.<br /> Ahora los tiempos son distintos, tales violencias se acercan a su fin y yo, que en esto estoy con la mayoría, (re)compongo estas palabras ante una pantalla, actuando sobre un grupo de teclas distinto, sin espacio perceptible bajo ellas y aquejado por otras manías: temblores, tartamudeos, atorones sutiles y hasta simbólicos. Pero todavía procuro, de vez en vez, la compañía de una "máquina mecánica". Será sin duda la última de todas las que yo conozca; es una Olympia vieja, no sé si parecida a la que Julio Cortázar empleó para escribir sus últimos cuentos, y la uso para escribir, cuando se me aparecen, en formas hechas a la antigua, de espacios bien delimitados y que una impresora sólo podría llenar sin errores tras mucha práctica y muchas hojas desperdiciadas. Luego de un tiempo de pelear (poco), ambos nos hemos amansado: ella no se disgusta si pasan meses o años entre nuestros encuentros, y a mí no me irrita apretarla de a poco, tecla por tecla, con cuidado para no faltar a la ortografía ni tocarle sin querer el interior vedado.<br /> Mientras la respeto de este modo, me entretengo pensando en las muchas formas de crepúsculo que ofrecen tiempos como éste. Casi nunca cometo un "dedazo", es palabra que designa aún múltiples formas del error pero que en su día fue carne y acero, guerra para espíritus calmosos.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1118072260844331422005-06-06T10:20:00.000-05:002005-06-07T08:21:42.460-05:00UbuUno siempre se entera de estas cosas cuando han pasado diez años: el Proyecto UbuWeb (<a href="http://www.ubu.com/" target=_blank>http://www.ubu.com/</a>), un "experimento de distribución de materiales de vanguardia" comenzado en 1996, ha concluido sus actividades. El sitio permanece como un archivo (se espera donarlo a una universidad) pero ya no será actualizado.<br /> La definición de "vanguardia" siempre es problemática, y más en este tiempo, y las sospechas y acusaciones de esnobismo siempre están a la vuelta de la esquina, asomadas a ver a cuántos denuncian venga o no a cuento. Como sea, el lugar es un tesoro. Asomándome sólo un poco encontré un <a href="http://www.ubu.com/papers/burroughs_gysin.html" target=_blank>texto de William Burroughs</a> sobre la técnica <em>cut-up</em>, un <a href="http://www.ubu.com/sound/airwaves.html">archivo de música en MP3</a> (entre varios), el corto <a href="http://www.ubu.com/film/anger_scorpio.html" target=_blank><em>Scorpio Rising</em></a> de Kenneth Anger (al que se considera una influencia central de Martin Scorsese), un <a href="http://www.ubu.com/ethno/poems/decampos_galaxias.html" target=_blank>poema de Haroldo de Campos</a> con música de Caetano Veloso... Queda (al menos mientras en verdad se consigue una universidad interesada) como un archivo para explorar y sorprenderse.<br /><br /><span style="font-size:80%">(Va con un saludo a los alumnos del diplomado de literatura fantástica del Claustro de Sor Juana, en recuerdo de nuestra breve discusión sobre la <a href="http://www.ubu.com/papers/jorn_pataphysics.html" target=_blank>patafísica</a>. Ah, y aquí hay <a href="http://usuarios.lycos.es/faustroll/ajarrypatafisicaroom.htm" target=_blank>otro enlace sobre lo mismo</a>, en español y con la actuación especial de Jarry, el mismísimo padre Ubú y el doctor Faustroll.)<br /><br /><strong>Posdata del 7 de junio: varias personas que me han preguntado, y me alegra responder que de salud me encuentro mucho mejor. Se agradece.</strong></span>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1117773487409821482005-06-02T23:31:00.000-05:002005-06-02T23:40:28.866-05:00Ah, qué carayAviso: ésta sigue siendo "La materia no existe". He cambiado el diseño por uno "genérico" pues, gracias a un aviso de <a href="http://fachal.blogspot.com" target=_blank>Manuel</a>, descubrí que alguien está empleando la antigua plantilla de este blog en otro; entiendo que se trata no de un intento contra esta página sino de hackear aquel otro sitio (que no enlazo, para que el hacker no tenga más espectadores). Como sea, el cambio de plantilla aquí es una medida temporal. Una disculpa a todos por la brusquedad de la modificación.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1117467598933549182005-05-30T10:21:00.000-05:002005-05-30T10:39:58.956-05:00La señorita Arquitectura<span class="z"><em>Luego de una semana con salmonelosis (no estoy del todo repuesto) puedo volver, al menos a dejar este artículo, que originalmente apareció en dos partes. Pronto, avisos que pueden importar. Gracias a todos en el umbral de las 30,000 visitas...<br />Ah, y no he dejado de lado el texto sobre blogs para el que muchas personas ofrecieron comentarios. Razones aparte, pido perdón por el retraso.</em></span><br /><br /><img src="http://outsider.art.org/01intuit/americanmasters/slides/Image_09.jpg" alt="Abraham Zachariah, representado de manera simbólica, 1939" width=421 height=300 /><br /><br /><strong>a)</strong><br />En 1896, Achilles G. Rizzoli nació en Port Reyes, California, al norte de San Francisco. Era hijo de inmigrantes suizos (de Ticino, la región italoparlante al sur de Suiza). No carecía de talento, pero durante años debió conformarse con trabajos miserables, que aceptaba para ayudar a la manutención de la familia: su padre, Innocente, se separó de ella en 1913, cuando una de las hijas quedó embarazada sin haberse casado.<br /> Como para incrementar el dramatismo de la ruptura, y nuestra morbosa animación, dos años después de que Achilles --junto con su madre, Emma, y sus hermanos-- abandonara en Port Reyes a Innocente, éste robó una pistola y desapareció, como dicen, sin dejar rastro: su cadáver tardó veinte años en ser encontrado, y mientras tanto los Rizzoli terminaron por dispersarse (un hermano siguió los pasos del padre y jamás volvió a saberse de él). Cuando se acercaba a los cuarenta años, Achilles vivía solo con Emma en una casa en San Francisco, seguía virgen y apenas había logrado dar con un trabajo más o menos estable, como trazador de planos, en un despacho de arquitectos; entre sus estudios estaban diversas materias de ingeniería y dibujo en una escuela politécnica. También había fracasado en el proyecto de dedicarse a la literatura: escribió varios cuentos y una novela, <em>La columnata</em>, cuyo tiraje pagó entero en 1933, pero nadie se avino a leerlos (todos los textos, o casi todos ?según se cuenta? tenían por héroes a arquitectos empeñados en realizar proyectos utópicos).<br /> Achilles, por supuesto, era un excéntrico: nunca se casó ni siquiera se halló una pareja, dormía en un catre a los pies de la cama de su madre, era tímido y dado a extrañas manías. Pero en 1937, tras la muerte de Emma (obligado detalle sensacionalista: durante el funeral, se aproximó al ataúd y se empeñó en abrir los ojos del cadáver), llevaba dos años de dedicar sus ratos libres a un nuevo proyecto: los dibujos de sus arquitectos ficticios, que eran edificios monumentales y no menos inexistentes, como las pirámides y las esferas de Étienne-Louis Boullée --el arquitecto de lo imposible a quien Peter Greenaway hace homenaje en <em>La panza de un arquitecto</em>-- pero más cercanos a las formas fálicas y angulares del arte gótico, o de los maestros de la edificación imponente y siniestra como Nicholas Hawksmoor. Cada uno de los dibujos era, además, la representación simbólica de una persona, querida o por lo menos conocida de Rizzoli, y en cierto sentido eran las formas que esas personas (quienes rara vez se enteraron del homenaje que recibían) iban a tomar después de la muerte de sus cuerpos.<br /> En agosto de 1935, Rizzoli abrió una exposición pública de sus dibujos en uno de los cuartos de su casa: la tituló A. T. E. P. (Achilles? Tectonic Exhibit Portfolio, su Muestrario de Exhibición Tectónica), pero casi nadie hizo caso de sus invitaciones; con todo --obsérvese el impulso incesante, la voluntad con resortes secretos y fortísimos--, Rizzoli no dejó de organizar el evento una vez al año, aunque a partir de 1940 renunció a convocar a otros y lo hizo sólo para él. La pieza central de esas exposiciones era, siempre, Emma, transformada en una catedral.<br /> Durante las décadas siguientes, sus dibujos, casi siempre alzados de fachadas aunque también hay algunos planos, fueron dando forma al proyecto de una ciudad entera: Y. T. T. E., "Yield To Total Elation", "Rendíos A La Total Exaltación", en la que el sistema de símbolos de Rizzoli, siempre lleno de acrónimos y abreviaturas, incorporaba numerosos símbolos. Desde los textos en los márgenes de cada dibujo hasta las esculturas en "sitios públicos" que representaban la Poesía, la Felicidad o la Paz, todo en Y. T. T. E. respondía a necesidades inaplazables y no siempre relacionadas con lo trascendente: un edificio, equivalente al excusado, era el "A. S. S." ( "Acme Sitting Station"), y varios más querían referirse a los muy escasos vislumbres de la sexualidad humana que Rizzoli tuvo en su vida. Sin embargo, Rizzoli modificó su proyecto a partir de 1945, cuando empezó a tener visiones; éstas lo convencieron de que podían formar una suerte de Tercer Testamento de la Biblia, y de que lo inspiraba, directamente, la señorita A. M. T. E. ("Architecture Made To Entertain", "Arquitectura Hecha Para Entretener"), quien se le reveló como esposa virginal de Jesucristo.<br /> Pero la apoteosis de semejante revelación no tuvo lugar. Aunque la habilidad de Rizzoli no disminuía, su A. C. E. ("<em>Estravaganza</em> Celestial de A. M. T. E", su último proyecto) no quedaba a la altura de lo que percibía, y en 1977 no pudo continuar dibujando: un ataque lo dejó incapacitado, y todas sus pertenencias debieron venderse para pagar su estadía en un asilo. Rizzoli murió en 1981, y fue enterrado junto a su madre en San Francisco.<br /><br /><img src="http://outsider.art.org/01intuit/americanmasters/slides/Image_10.jpg" alt="El Eje del Ascenso, 1939" width=284 height=445 /><br /><br /><strong>b)</strong><br />Luego de su vida de recluso y su muerte en la pobreza --y sin haber logrado interesar a nadie en su trabajo "secreto" de cuarenta años--, A. G. Rizzoli fue "descubierto" en 1990 por Bonnie Grossman, una galerista de Berkeley. Grossman supo de planos, alzados y otras ilustraciones almacenados en una cochera, "al cuidado" de los parientes vivos de Rizzoli (quienes habían rematado el resto de sus pertenencias para pagarle el asilo); al ver las imágenes, entendió que el desconocido autor de todo aquello había sido un genio: un artista de gran estatura pero marginado de todos los circuitos y conventículos. Poco después se organizó una exhibición "retrospectiva", que se presentó en varios museos de los Estados Unidos, con imágenes de todos los proyectos y cosmogonías de Rizzoli; luego se editaron <a href="http://www.findarticles.com/p/articles/mi_m0425/is_n4_v56/ai_20544739" target=_blank>libros</a> sobre su vida y su obra y hasta se filmó un documental. Luego, el conocimiento de estos asuntos comenzó a propagarse por el mundo, llegó a países subdesarrollados y fue tema de columnistas en los suplementos culturales (o de notas en bitácoras).<br /> Como puede verse, la historia tiene la cantidad apropiada de altibajos melodramáticos para ser reconfortante: después de todo, está hecha para nosotros (consumidores del mito de Rizzoli, tan semejante al de Van Gogh, Munch y otros héroes trágicos de las artes de occidente), que nos beneficiamos de la "justicia poética" hecha al artista como celebridad --es decir, como mera imagen-- y no debemos tratarlo con justicia de ningún otro tipo, remediar las carencias de su existencia cotidiana ni siquiera lidiar con la persona viva. Más aún, basta con que lo vindiquemos apreciando su "calidad", y a partir de ese reconocimiento podemos comenzar a malinterpretarlo, como a Kafka, de acuerdo con nuestro sentimentalismo o con los clichés más cercanos a nuestra idea de su arte. No importa que las visiones de Y. T. T. E. o de A. M. T. E., los hombres y mujeres renacidos como edificios, el plan por el que todos los planos juntos formaban la imagen de un mundo distinto e inalcanzable, sean, en efecto, atisbos de una realidad que trasciende nuestra propia idea del mundo: fragmentos de una experiencia intransferible, reflejada sólo de modo imperfecto en los dibujos.<br /> Tampoco importa que las categorías más accesibles (como "arte <em>naïf</em>") sean realmente incapaces de asimilar del todo lo que Rizzoli creó, pues había tenido cierta formación como dibujante. En realidad, podemos reducirlo todavía más: cualquier día veremos su biografía al estilo Hollywood, con una plantilla de guión parecida a la de <em>Mente brillante </em>(Ron Howard, 2001), con Russell Crowe u otro semejante en el papel de Rizzoli y con el guionista haciendo grandes esfuerzos para callar su celibato (tal vez Jennifer Connelly interprete a la Señorita Arquitectura, apropiadamente despojada de atributos religiosos, y haya besos con música estilo <em>Titanic</em>), así como el amor obsesivo que Rizzoli sentía por su madre.<br /> Un paso en la dirección correcta (o por lo menos en una dirección distinta) sería recordar la idea del <em>art brut</em> que propusieron André Breton, Jean Dubuffet y Antoni Tapiès en 1948: el término ha sido explotado con exceso y muy poco rigor, pero en su mejor definición apunta a la base misma de la división entre "el arte" y "el resto", y al hecho de que, aun sin discutir su justicia, no es posible negar su arbitrariedad y su carácter excluyente. Aunque Rizzoli es un artista marginal, sabemos de él cuando se le saca del margen porque sus trabajos tienen la suerte de ser conocidos por alguien con autoridad en el mundo del arte.<br /> (Miles de otros jamás verán su trabajo en una galería. He aquí un caso relativamente reciente: Carlos Coffeen-Serpas, mexicano, autor de numerosos dibujos con pluma sobre cartulina que muestran variaciones sobre el dolor, el sol y la luna, las deformidades y los monstruos. La madre del artista, para obtener algo de dinero tras la muerte de éste, subía a los autobuses con dibujos bajo el brazo, para venderlos por unos pesos. Muy pocos deben haberse dado cuenta del valor de lo que estaban comprando; uno de ellos fue el dramaturgo Hugo Argüelles, quien adquirió varios, y otro el narrador Ricardo Bernal, quien me contó esta historia.)<br /> A. G. Rizzoli se pasea por el mismo jardín (está en el manicomio de la imaginación) que frecuentan William Blake, quien conversaba con los ángeles y compiló los proverbios del infierno; que Daniel Paul Schreber, quien iba a convertirse en mujer y engendrar una nueva especie humana, y cuya cosmogonía fue malentendida, con gran prestigio, por Sigmund Freud; que Philip K. Dick, quien oía voces y escribía novelas costumbristas en mundos puestos cabeza abajo. También están otros muchos, sin nombres. Todos señalan, a cierta hora del día, un mismo umbral; del otro lado estamos nosotros, que sólo entendemos a medias sus gestos y los llamamos con nombres de belleza.<br /><br /><img src="http://www.popsubculture.com/pop/bio_project/images/a_g_rizzoli.jpg" alt="A. G. Rizzoli" width=193 height=216/>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1116893860958767362005-05-23T18:51:00.000-05:002005-05-23T19:17:40.963-05:00The Art of Fiction: CineEl atareado Mauricio Salvador ha abierto un nuevo blog de crítica: se llama <a href="http://trapoviejo2.blogspot.com">The Art of Fiction: Cine</a> y me ha tocado en suerte ser el primero en poner una nota, luego del aviso de apertura. Los invito.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1116781166226813532005-05-22T11:52:00.000-05:002005-05-22T11:59:26.233-05:00Lapidarias<span style="font-size:78%;">Todavía no puedo decir que he vuelto, pero dejo, por el momento, este artículo. Muchos saludos a todos. --AC</span><br /><br />Para ilustrar que los comienzos son difíciles, como dice el cliché, pero también que nada debiera concluirse de ellos y son engañosas las imágenes románticas del esforzado que da sus primeros pasos contra toda esperanza, y triunfa de las dificultades por la mera obstinación, etcétera, presento esta anécdota:<br /> En una escuela por la que pasé, hace más de quince años, varios amigos nos reuníamos para leer. Ninguno, por supuesto, pertenecía a los grupos de glamour y belleza y salud aeróbica que reinaban sobre la plebe de cada salón, pero ése es otro cliché. Cada fin de semana íbamos de casa en casa, en tertulias tan largas que se prolongaban (a veces) hasta la mañana siguiente. Se suponía que todo era parte de un taller, llamado "Textos nómadas" y patrocinado por la propia escuela, quien había contratado al organizador de todo aquello: Porfirio Hernández, poeta y amigo querido, como una de varias actividades culturales que ofrecía el plantel.<br /> "Textos nómadas" fue cerrado oficialmente al poco tiempo, porque se llevaba a cabo en casas y no en instalaciones del plantel y quién sabe a qué vicios nos entregábamos sin vigilancia constante, supongo (en la misma escuela pasó aquella otra historia, la del muchacho que ganó un concursito local con un cuento tan "perturbador" que el vez de darle su premio le exigieron que fuese con un psiquiatra). Pero Porfirio fue tan generoso como para continuar con las reuniones. Poco a poco, además, quienes también deseábamos escribir --y éramos los más; véase el cliché arriba mencionado-- nos fuimos decidiendo a presentar nuestros textos, o por lo menos a trasladar parte del tiempo que pasábamos juntos a fines distintos de leer y comentar nuestras lecturas. Parte de esos fines fue también convivir, simplemente, y fiestear como hace todo el mundo (no sé si alguno de nosotros creyó alguna vez en el tercer cliché enorme de esta nota, a saber, el de las fiestas de los escritores como parte del proceso divino de la inspiración y por lo tanto más finas o menos abiertas al ridículo y al carnaval mientras más desaforadas y excesivas, al contrario de las del pueblo llano); parte, con el tiempo, fue jugar "Lapidarias".<br /> No sé de dónde viene el nombre, que Porfirio propuso. Se juega así: en una hoja de papel, cada jugador hace una tabla con varias columnas, cada una de las cuales debe estar encabezada por un concepto más o menos abstracto; la serie original que empleábamos era <em>Ego, Amor, Muerte, Historia</em> y <em>Tristeza</em>. Luego, como cuando se juega "Basta" (¿la gente todavía juega "Basta"?), en cada turno se debe llenar la totalidad de las columnas, pero no con palabras solas sino con textos breves, y el primer jugador en llenarlas avisa que ha terminado para que los demás no puedan alcanzarlo. Los textos para cada columna se crean eligiendo, de algún modo azaroso, una palabra concreta que se pueda unir a las categorías abstractas y estimular la imaginación.<br /> Por ejemplo, "espejo", que pareada con <em>Ego</em> dio una vez: "Lleno de locura me encontré en el espejo. Después, me amé."<br /> O "botella", que unida con la categoría <em>Sorpresa</em> (porque <em>Tristeza</em> nos pareció demasiado restrictiva luego de algún tiempo) dio esto: "El náufrago metió el mensaje en la botella, pero luego no pudo sacar la mano".<br /> O "fosa", que cruzada con <em>Muerte</em> dio mi primera minificción publicada. Por alguna razón estaba orgulloso de ella y la titulé<br /><br /><blockquote><strong>EL PUNTO EXACTO</strong><br />--Ya llegamos --le dije--. Éste es el punto exacto.<br /> --¿Exacto para qué? Sólo veo es una fosa.<br /> --Exacto --y disparé.</blockquote><br /><p>Desde luego, la idea de que las raíces del trabajo de un escritor puedan verse tan claramente como su destino y la alturas de sus logros desde el primer texto es (o así lo espero) un cliché más. Ahora diría que la palabra "fosa" queda muy forzada en el cuentito y que el intercambio no suena muy convincente. Además, parece menos un cuento que un chiste, lo que ocurre todavía más claramente en los textos previos (retengo, desde luego, los nombres de todos los autores).<br /> En aquel tiempo llegamos a pensar que las "Lapidarias" eran una hermosa máquina de pensar, una especie de manantial inagotable. Recuerdo libretas en las que se guardaron numerosos textos elegidos por aclamación. Hubo pequeñas antologías de los mismos textos en revistitas olvidadas. Haríamos un libro colectivo, qué va, haríamos varios libros, uno de cada quién. Al mismo tiempo, desde luego, luchábamos con la escuela, con "la vida" (de seguro se entiende por qué puse comillas) y con cualquier texto más extenso o menos fácil de formular como una conjunción de dos palabras, y por lo tanto debería recordar también más de un cuento largo que nos parecía perfecto pero se diluyó tras meses o años de pequeñísimas mejoras, mientras su autor no conseguía completar ningún otro; debería recordar a la gente que se decidió por tener profesiones de provecho, o por formas de entretenimiento que exigían menos esfuerzo: ver dibujos animados, por ejemplo, en lugar de hacer relatos, o simplemente emborracharse, sin tertulia ni nada. Debería pensar si hay alguna "lección de vida" (como si la frase tuviera sentido fuera de la televisión) en todo esto.<br /> Por otro lado, la gente sigue segregando minorías que se reúnen en tertulias reales o virtuales a escribir cuentos brevísimos. Y la mayor parte de los escritos siguen siendo terribles, y los detractores de la minificción como género, que apenas comienza a reconocerse, siguen teniendo abundante material para sus argumentos. Omito, por ser un cliché, la parte sobre la experiencia colectiva e imposible de comunicar, el peso del pasado, la melancolía.<br /> Etcétera.</p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1115174833836107762005-05-03T22:05:00.000-05:002005-05-15T21:09:08.530-05:00Dando vueltasanuncio y regalitoDe regreso de casi una semana por Tampico, andaré fuera de aquí por un tiempo un poco más prolongado. Espero que les vaya muy bien entretanto. Muchos saludos y un regalito: <a href="#">"The Song is You"</a> (2.76 MB) de Charlie Parker, que permanecerá aquí siete días enteros. Que la disfruten y gracias por venir.<br /><br /><span class="z"><em>Nota del 15 de mayo: me tomó un poco más de lo previsto venir y quitar el enlace. Bueno, espero que más hayan podido disfrutar al gran Bird. Yo mismo volveré más en serio, espero, pronto. Salud...</em></span>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1114532528978895482005-04-26T11:15:00.000-05:002005-04-26T11:22:08.983-05:00Otra películaartículo<span class="z">(Esto apareció el sábado pasado en <em>Confabulario</em>, suplemento de <em>El Universal</em>, que publicó una serie de textos sobre salas de cine del pasado y la experiencia de ver películas en ellas; no hará falta, espero, que mencione el título de la cinta en cuestión...)</span><br /><br />No recuerdo la primera vez que fui al cine; recuerdo, por supuesto, la primera que me impresionó como para volverse inolvidable. No me distingo, por ella, de millones de personas de mi edad, y contar el hecho ahora será inútil; por lo tanto, comienzo:<br /> Fue una tarde de sábado de 1977 ó 1978 (los aficionados o devotos me ofrecerán alguna precisión), luego de un viaje largo de Toluca, donde vivíamos, al norte del D. F. en compañía de mi madre y (no estoy seguro) de mi hermano.<br /> Ella creía, con razón, que ir a la capital --en la que trabajaba de lunes a viernes, en la Clínica 5 del Seguro-- podía ilustrarnos siquiera de modo análogo a visitar Europa, que es lo que hacían los petimetres de Inglaterra en el siglo XVIII: al menos, nos enfrentaba a nuevos aires, a nuevas gentes, a lo mejor de la cultura de un país cerrado y centralista... A veces, como aquel sábado, iban también los hijos de algunas amigas de mi madre, hermanos postizos vestidos de gala y sin mucho afecto para nadie. Pero la estrategia nunca funcionó del todo. Del Museo de Arte Moderno, por ejemplo, me quedan de esos años sólo <em>a)</em> las manos del Siqueiros sin rostro, <em>b)</em> una novelita que compré en la librería del lugar y <em>c)</em> una música alegre, o melancólica, en el fondo del comercial de una exposición de Henry Moore a la que no fuimos.<br /> Lo sucedido en el cine (el Hollywood, cerca de Cuatro Caminos, antes de que lo dividieran en muchas salas) fue distinto. Ni modo.<br /> Llegamos después de la comida, nos formamos en la cola y esperamos, mirando los carteles con fotogramas pegados en las puertas de cristal. Yo leí el reparto de lo que íbamos a ver y luego lo olvidé, porque ninguno de los nombres me decía nada. Además, como buen niño aficionado a la televisión, tenía cierta idea de qué personajes saldrían, y haciendo qué. Y como ya era obvio que la cinta gozaba de un éxito sin precedentes (aunque quién sabe en dónde: fui de una generación que no aprendió desde el principio que las películas vienen de Estados Unidos, como antes los bebés de París), todos actuaban en consecuencia.<br /> Recuerdo que, si no el álbum de estampas o los primeros muñecos, ya estaban a la venta por lo menos las linternas de pilas, hechas de plástico, a las que se podía unir un tubo translúcido que cubriera la lámpara y se iluminara (azul o rojo) para fingirse una espadita. Dos o tres vendedores las tenían en puestos sobre la banqueta; lamenté mucho que no hubiera dinero siquiera para una azul, de la que había más y por lo tanto debía ser más barata, y no me consoló el hecho de que, de los anuncios en la televisión, recordaba precisamente la impresión de extrañeza, de error o de espanto, que me producía la luz sólida: las hojas que claramente no estaban hechas de materia y sin embargo chocaban y hacían ruido al chocar.<br /> A esa edad todos los cines eran iguales (salvo el Latino, con su mural vertiginoso que ya no sé si existe): la espera mientras llegábamos a la taquilla, mi madre o sus amigas controlando nuestras ansias de invitados (visto de otro modo, les daba por salir con sus hijos, para entretenerse y entretenerlos a la vez) y por fin la entrada, el paso siempre demasiado rápido por la dulcería y entre los carteles de películas que ya habían pasado o que nunca llegarían, el ascenso por la rampa alfombrada hasta la sala, amplia, de techo tan elevado como el de una iglesia, iluminada por grandes focos amarillos, inundada de música de radio o de murmullos.<br /> Muchos niños, aquel sábado, estaban ya en los pasillos jugando a atacarse con sus espadas. No nos permitieron unírnosles. Nos sentaron cerca del pasillo por si debíamos levantarnos por otras razones. Esperamos no sé cuánto tiempo hasta que se apagaran las luces y, de pronto, con la primera nota de la fanfarria inaugural, quedamos alertas ante el comienzo de la acción, aunque la propia acción no fue muy impactante: como yo tenía dos o tres (o tal vez hasta cuatro) años de experiencia como lector, me encargué de decir a varios de mis acompañantes, muy bajito, el contenido del texto introductorio. Lo entendimos a medias, pero ya a esa altura sabíamos, por supuesto, no sólo lo particular sino lo universal: la idea del villano malévolo y de la princesa en apuros. Algunos niños seguían peleando con sus espadas y costaba llamarlos al orden. El texto se perdió en el vacío estrellado de la pantalla.<br /> Y entonces, luego de un paneo insignificante, la pantalla nos mostró un planeta muy parecido a Marte o a la Tierra (es decir redondo, puesto en el espacio como en las fotos de los astronautas) y comenzó la acción de veras, con la nave diminuta que escapaba de nuestra vista entre chasquidos y el monstruo enorme, interminable, tremendo: la máquina blanca que comenzó a llenar la pantalla desde arriba y que seguía, y seguía, y seguía...<br /> La película podría habérseme terminado allí y yo hubiera salido no satisfecho (¿qué es estar satisfecho?), pero sí colmado: pobre de mí, la vastedad del universo, la soledad negra y espantosa, lo diminuto de los seres, todo lo tuve que descubrir <em>ahí</em>.<br /> Y luego, la otredad: dos compañeros escapaban de la nave condenada e iban a caer en un desierto incesante. Los dos estaban sucios, cansados, y sus movimientos eran torpes, lo que se debía en parte a que eran robots pero también a vivían en un mundo envejecido, lleno de óxido y de polvo. (En algún sitio debo haber visto, antes, los futuros antisépticos e inmaculados que aquella cinta volvió obsoletos.) Peor todavía, los dos eran de la minoría más despreciada, los esclavos de metal con los que podía hacerse cualquier cosa. Unos duendes de ojos luminosos los secuestraban y los echaban en un contenedor como de basura, oscuro y sucio, repleto de gente en desgracia como ellos. Hablaban entre sí con voces electrónicas, graves, y sus palabras no se entendían, pero esto quedaba claro: sus lenguas eran muchas, y los unía tan sólo la desventaja y la certeza de un destino terrible.<br /> Del resto no puedo decir nada que no se haya dicho ya, digamos, en las revistas de los devotos o aficionados. Nunca he podido entenderme con ellos: nunca hemos hablado de lo mismo. Si las aventuras de los rubios y hermosos humanos son un "viaje del héroe", si son un mito, si son un parteaguas, yo no lo supe entonces, y cuando terminó la película, con la sabida ceremonia de premios, me sustraje de ella fácilmente y pude salir con mi madre, y tal vez con mi hermano y los demás (no recuerdo), a ver si siempre sí me compraban mi espada.<br /> Ya nadie me iba a quitar, en todo caso, mis pocos minutos (preciosos) de infinitud y de tristeza.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1114392857941167402005-04-25T04:27:00.000-05:002005-04-24T20:34:17.943-05:00El vehículo bendito/negado el canto del cisne/enfrentará/la vida en la ciudad...juego<a href="http://anexquisitecorpse.net/crypt/2005/04/the_blessed_ves.php" target=_blank><img src="http://anexquisitecorpse.net/cadavre/cms0062.jpg" height=400 width=225/></a><br /><br />De vez en cuando juego en <a href="http://anexquisitecorpse.net/" target=_blank>este sitio</a>; éste, sin embargo, es el primero de mis pobres esfuerzos de Photoshop que engrana bien con lo que proponen los otros tres participantes. Una absoluta perdedera de tiempo (pero surrealista).Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1114389011410228662005-04-24T17:00:00.000-05:002005-04-24T20:13:07.250-05:00¿Dónde estuvo toda esa gente?efímeraNo, por cierto, en las televisiones mexicanas, ni en la mayoría de los programas noticiosos, que mientras escribo esto siguen, en su mayoría, sin decir una sola palabra acerca de la <a href="http://news.google.es/news?q=marcha+l%C3%B3pez+obrador&hl=es&lr=&rls=GGLD,GGLD:2005-16,GGLD:es&sa=N&tab=nn&oi=newsr" target=_blank>marcha de la mañana</a> de hoy, que yo vi desde el nivel del suelo, a lo largo de las cuatro horas que tomó el recorrido de 9 kilómetros por la avenida Reforma, una de las más amplias de la ciudad, hasta el Zócalo (o Plaza de la Constitución), en el que fue durante décadas (y para mal casi siempre) centro de la vida política mexicana.<br /> El motivo de la marcha era, como algunos sabrán, la protesta, ya fuera <em>a)</em> a favor de Andrés Manuel López Obrador (jefe de gobierno de la ciudad, o tal vez no: el cargo está actualmente en un limbo legal) o, por lo menos, <em>b)</em> en contra de la aplicación dispareja de la ley que se ha vuelto evidente a partir de su desafuero. Mientras otros escándalos relacionados con la aplicación irregular o la violación flagrante de la ley se <em>tapan</em>, como siempre sucede en México, una infracción comparativamente menor de la que se acusa a López Obrador se ha magnificado hasta terminar de convertir a la política mexicana --por lo demás casi despoblada de políticos, y llena de funcionarios ineptos y venales-- en una vergüenza nacional. Todo porque López Obrador sigue estando entre los más populares (o es <em>el </em>más popular) entre los políticos que se dejan ver como candidatos a la presidencia el país, para la que habrá elecciones el año próximo, y no pertenece a los partidos de sus más fieros adversarios (y entre ellos está, como se sabe, el gobierno actual).<br /> Numerosas personas están en contra de López Obrador, y están en su derecho. Otros desearían verlo convertido en presidente de la república el año próximo, y también están en su derecho. Algunos más ven con horror el pobrísimo panorama de la política y dicen que no le van, que no le pueden ir, a nadie. Por mi parte sólo diré que estuve allí porque, más allá de mi propia preferencia en el asunto, estoy en contra de la desigualdad que se ha dejado ver, enorme, en estos últimos días, y que ha persistido en los manejos del país desde que tengo memoria. Y yo, por lo menos, ya estoy harto. Si cometo un delito, quiero que me juzguen con base en lo que hice y no en quién soy, cuál es mi origen, cuál mi condición social o mi preferencia política. Y no pido más (ni menos) para el resto de la gente a mi alrededor. No me digan que vivimos ya bajo ese "imperio de la ley" (y tampoco me digan que es una quimera, que el ser del mexicano, que la basura que somos).<br /> Y para redondear lo que comencé a decir: a lo largo del paso lento por Reforma, y luego en las calles del Centro Histórico, debe haber habido cuando menos unas 400,000 personas, porque el Zócalo se llenó durante el mitin político (con la presencia de López Obrador) que se celebró allí; y cuando el mitin terminó siguió llegando gente, a lo largo de al menos otra hora. Yo estuve allí, digo, y algunas cuentas a lo largo de la marcha llevaban la cifra de asistentes hasta el millón. Ya veremos qué dicen los abúlicos medios mexicanos cuando por fin se decidan a dejar de cubrir la primera misa de Benedicto XVI o el tributo a Selena.<br /><br /><span class="z"><br /><strong>Nota de las ocho de la noche:</strong> sigue sin haber mucha información disponible. Mientras algo más sucede, sólo agregaré que lo peor de la situación presente es que se suponía que vivíamos en un país democrático: uno en el que ya no sería posible vencer a los oponentes políticos fuera de las urnas. ¿De qué han servido tantos esfuerzos de tantas personas de todas las filiaciones y creencias?<br /> Agrego, además, tres ideas que me parecen dignas de recordación, y que leí o escuché a lo largo de la marcha:<br /> 1. "López Obrador no es mi santo, pero la democracia es mi devoción".<br /> 2. "No me quiten mi derecho a NO votar por él".<br /> 3. "En dado caso, deberían comprar nuestro silencio con becas de la Fundación <a href="http://news.google.es/news?q=dolores%20Creel&hl=es&lr=&rls=GGLD,GGLD:2005-16,GGLD:es&sa=N&tab=wn" target=_blank>Dolores Creel</a>, o con ofertas de asilo político en <a href="http://www.canalseisdejulio.com/index.php?name=Foxilandia_nota" target=_blank>Foxilandia</a>".<br /></span>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1114006904104193122005-04-20T12:37:00.000-05:002005-04-20T12:08:13.160-05:00Ver cineapuntes<img src="http://cinemexicano.mty.itesm.mx/imagenes/maria_corazon.jpg" alt="María de mi corazón" height=250 width=304 /><br /><br />La forma de los recuerdos es caprichosa: cambia con el tiempo, aumenta y disminuye de tamaño, se enlaza con hechos distantes, con fantasías y sueños. Ya lo sabemos, por supuesto, pero hay que tenerlo en cuenta al pensar en la experiencia de ver cine, y en especial de verlo al modo antiguo: ante una pantalla y en una sala oscura. El estar allí, el acto de ver, no tiene relación con lo que guarda, luego, la memoria. La atención de quien observa, atraída y concentrada como la luz y el sonido en el espacio negro que lo circunda (y sin las distracciones de parejas peleonas o excitadas, de teléfonos celulares, de aburridos o frenéticos), no puede ser la misma que se fija en el pasado, en las porciones intangibles de él que la mente conserva, y debe hallar su camino en ellas, husmear por todas partes, reconstruir lo que pasó enhebrando impresiones heterogéneas y dispersas: un olor de este instante, el tacto de los asientos en este otro lapso, aquella imagen en la pantalla...<br /><br /><img src="http://qwipster.net/alien.jpg" alt="Alien" height=191 width=275 /><br /><br /> Por lo tanto, el solo recuerdo de un visionado es una parte ínfima de lo que llamamos, con tanta afectación, la memoria fílmica. El resto son los pases posteriores de la misma película, o de otras, o las miradas sobre otras cosas, que se conectan con la primera por cualesquiera asociaciones; las conversaciones sobre cine; los juicios de otros y nuestra reacción ante esos juicios; las imaginaciones que complementan, más allá de la voluntad, los recuerdos. Importa tanto la imagen como su llegada a la conciencia: los pies de Yaphet Kotto a algunos metros del resto de su cuerpo en <em>Alien</em> (1979) de Ridley Scott están tan presentes como el hecho de que esa imagen fue la primera que vi de la película, porque entré a la sala con la función casi por terminar, cuando todavía existía la permanencia voluntaria. <em>María de mi corazón</em> (1979) de Jaime Humberto Hermosillo me asustó como una pesadilla propia, aparte incluso de su propia hechura, porque resonó con un miedo propio y profundo, que ahora recuerdo en vez de María Rojo y Héctor Bonilla como Lotario y Eurídice.<br /> <em>(Y ahora importará, tal vez, que las dos son del mismo año: dos sueños de agresión y la razón atacada.)</em>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1113922449022285002005-04-19T09:20:00.000-05:002005-04-19T09:54:09.026-05:00Paseosanuncios y enlaces1. Estuve de jurado en un concurso y estamos por dar los resultados. Además, acabo de terminar un texto muy curioso para una revista literaria. De una cosa y de otra no puedo decir más por el momento. Típico, pero ambas son las razones de mi ausencia. Y pronto, me temo, habrá un apagón algo más prolongado, porque dos proyectos que llevan años colgando piden trabajo a gritos.<br /><br />2. Mientras tanto, varios enlaces: Oscar Cid de León, alias Tristán Estar, dejó invitación a <a href="http://www.lumbre-culebra.blogspot.com/" target=_blank>Lumbre Culebra</a>, en la que alterna prosa, poesía y comentarios diversos (e imágenes); Luis Martínez alterna anécdotas y poesía en <a href="http://monosofia.blogspot.com/" target=_blank>La monosofía</a>; Luis Felipe Hernández escribe minificciones con letras (no, esto no es una obviedad) en sus <a href="http://notasdeluisfey.blogspot.com" target=_blank>Notas</a>; René López cuenta y reflexiona sobre lo que cuenta en <a href="http://sabbatregent.blogspot.com/" target=_blank>Teoría del caos</a> (la anécdota sobre la computadora que abre hoy su bitácora es interesante porque lo insólito es sutil); Dulce María González continúa sus <a href="http://dulcemariagonzalez.blogspot.com/" target=_blank>Apuntes rizomáticos</a> con artículos, notas e historias; Sandino, Garabombo y una piedra (dicen) hacen a seis manos <a href="http://umbrias.blogspot.com/" target=_blank>Umbrías</a>, un hermoso blog literario. Y la querida Rax, después de un hiato de meses, retoma su <a href="http://rax.blogspot.com" target=_blank>Imaginemos, imaginemos...</a> con el regreso del siempre popular pingüino Deíctico.<br /><br />3. Una sorpresa: se anunciaron apenas los premios Sizigias 2004 para libros publicados en México y relacionados con lo fantástico durante más o menos (la deliberación se retrasó un poco, me dicen) un año. Los otorga la Asociación Mexicana de Ciencia Ficción y Fantasía (AMCyF) y fueron como sigue:<br /> Ensayo: José Luis Zárate, <em><a href="http://albertochimal.blogspot.com/2005_02_01_albertochimal_archive.html#110815231591420173">En el principio fue la sangre</a></em>, Universidad de Guadalajara / Editorial Arlequín, 2004.<br /> Antología de varios autores: Bernardo Fernández, <em>Pulpo cómics</em>, México, CONACULTA, 2004.<br /> Novela: Gerardo Horacio Porcayo, <em>Cuando las sirenas cantan</em>, México, Goliardos, 2003.<br /> Antología de autor: Alberto Chimal, <em>Éstos son los días</em>, México, Editorial Era, 2004.<br /> Estoy contento, desde luego, pero sobre todo por los premios a <a href="http://zarate.blogspot.com" target=_blank>Zárate</a>, <a href="http://lobosector.blogspot.com" target=_blank>Porcayo</a> y <a href="monorama.blogspot.com" target=_blank>Bef</a> (de quien sin duda escucharán, y mucho, en el futuro próximo); ninguno de los tres ha desistido nunca en su defensa de lo que les interesa escribir, aunque las etiquetas que les ponen (v. la nota anterior) no estén de moda y sigan siendo víctimas de numerosos prejuicios.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1113476043872178582005-04-14T05:50:00.000-05:002005-04-14T05:54:03.873-05:00Cita<a href="http://web.english.ufl.edu/faculty/dleavitt/" target=_blank><img src="http://web.english.ufl.edu/faculty/dleavitt/images/leavitt.jpg" alt="Leavitt" width=144 height=216 /></a><blockquote><strong>P. ¿Para quién son más peligrosas [las etiquetas], para los escritores o para los lectores? </strong><br /><br />R. Desde luego, las etiquetas son peligrosas para los escritores, pero también para los lectores, porque conllevan el riesgo de crear una cultura en que se acaba creyendo que la gente sólo puede leer libros escritos por gente que es como ellos. Creo que esto es más evidente y peligroso en Estados Unidos que en Europa. Si eres una mujer negra sólo lees libros de o para mujeres negras. Si eres gay, lo mismo. Yo fui educado en un entorno en que se concebía la literatura como algo universal. El placer de la lectura consiste en reconocer lo que tú tienes en común con gente que vive en entornos absolutamente distintos al tuyo. </blockquote><br /><p>David Leavitt, escritor, en una entrevista concedida al diario <em>El País</em> (13/10/2001)</p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1113452334732712112005-04-14T03:47:00.000-05:002005-04-14T05:50:40.493-05:00S. K.cita<img src="http://www.deutscherfilm.net/pre/images/kubrickdown/TN-pf_kubrick_doc_05.jpg" alt="La silla del director, fotografiada por Weegee" /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1113319136567153992005-04-12T10:02:00.000-05:002005-04-12T10:35:58.070-05:00Frecuenciasartículo (segundo de la serie cervantina)<a href="http://quixote.mse.jhu.edu/index.html"><img src="http://quixote.mse.jhu.edu/picture33.gif" alt="El episodio de los galeotes (I, 22), ilustrado por William Hogarth, como parte de una exhibición de traducciones e ilustraciones de la novela" width=319 height=444 /></a><br /><br />Esta información le habría interesado a Italo Calvino, quien dedicó a afanes parecidos un capítulo de <em>Si una noche de invierno un viajero</em>: el doctor <a href="http://www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=6975" target=_blank>Antonio García Velasco</a>, del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Málaga, es el autor de un programa informático, ANALEX, que le ha servido para contar la totalidad de las palabras en el <em>Quijote</em> y ordenarlas en una lista, de la más a la menos frecuente en el libro, para facilitar diversos estudios del texto. La lista está <a href="http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/24683829989035720754491/012980.pdf?incr=1" target=_blank>disponible en Internet</a> (en formato PDF), desde el sitio de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, y la acompaña un artículo de García Velasco con observaciones y conclusiones.<br /> El crear la lista, desde luego, es relativamente simple, pero detrás están al menos la labor agotadora de capturar el <em>Quijote</em> entero en un formato legible para la computadora, la utilidad y el interés verdaderos de los estudios lexicológicos (aun a pesar de la aridez de los procedimientos estadísticos que llegan a emplear) y un par de ideas que no tienen que ver con la <em>técnica</em> de la tarea.<br /> Calvino, entre las peripecias que hace pasar al lector/protagonista de su novela, lo lleva a encontrar las computadoras encargadas de la censura en un estado policial y a escuchar la descripción de un programa como ANALEX, hecho con el fin de detectar términos subversivos o políticamente incorrectos que a un lector humano --y perezoso-- podrían escapársele. Luego de hacer el amor (!) con la programadora, el lector se da cuenta de que ésta apretó alguna tecla equivocada y el "orden de las palabras del texto [...] ha quedado borrado en una instantánea desmagnetización de los circuitos. Los cables multicolores muelen ahora el polvillo de las palabras sueltas: el el el el, de de de de, desde desde desde desde [...] El libro está desmenuzado, disuelto, no recomponible ya, como una duna de arena barrida por el viento". La implicación, por supuesto, es que quienes tratan así a los libros: como meros depósitos de palabras, en desorden y esperando ser tabuladas y analizadas, los destruyen, al quitarles todo sentido y confundir la suma de las partes con el efecto del todo. De acuerdo (la idea ya es un cliché, en realidad), pero el montón de números y cuentas de ANALEX existe, felizmente, para entender mejor esa pregunta imposible de responder: qué da a tal o cual obra la posibilidad de perdurar, el aura de la longevidad o del genio.<br /> No es, como apunta García Velasco, el tamaño del vocabulario. Aunque Cervantes usa en el <em>Quijote</em> uno muy amplio comparado con el del promedio de los libros en lengua castellana (y el empleado por cualquiera de nosotros en la vida diaria), el número no es tan grande como podría parecer. En las 378,591 palabras que tiene en total el libro, hay 22,800 palabras distintas, y este número incluye conjugaciones de verbos, diferencias ortográficas ocasionales, etcétera<br /> Tampoco es la <em>resonancia</em> de los términos: entre las palabras repetidas, las diez que más aparecen en el texto son, respectivamente, <em>que</em> (20,515 apariciones), <em>de</em> (18,041), <em>y</em> (18,033), <em>la </em>(10,288) <em>a </em>(9,770), <em>en </em>(8,185), <em>el </em>(8,139), <em>no </em>(6,311), <em>los </em>(4,712) y <em>se </em>(4,365): los nombres de la mayoría de los personajes y las palabras por las que se recuerda a muchos episodios familiares quedan muy atrás, y algunas se encuentran, incluso, cerca de o entre los 11,125 términos que aparecen una sola vez en el libro, como <em>baciyelmo </em>o <em>Malindrania</em>.<br /> Tampoco es el "acuerdo" con su propio tiempo, ni la "individualidad" de la obra (o la "rebeldía", para usar esa palabra tan arruinada en la actualidad), al menos hasta donde pueden percibirse en la cuenta de palabras (y en la propia limitación de nuestro punto de vista). <em>Dios</em> (529), por ejemplo, aparece más que <em>Dulcinea</em> (282), pero mucho menos que <em>Quijote</em> (2,170) y <em>Sancho</em> (2,149), los primeros nombres propios en la lista, y aun que <em>señor</em> (1,055), más referida en el contexto de la novela a la tierra que al cielo. <em>Puto</em>, por otra parte, sólo aparece cuatro veces (y quiere decir <em>cobarde</em>, que es aún de las acepciones en uso), y <em>hereje</em> una sola, al igual que <em>inquisidor</em> e <em>inquisidores</em>. Y <em>teta</em>, por pasar a otro campo semántico, no aparece jamás...<br /> La perduración de una obra no se puede lograr mediante las fórmulas de "éxito inmediato" disponibles en cualquier época, como pueden atestiguar numerosos figurones merecidamente olvidados (¿alguien recuerda que Irving Wallace fue el Dan Brown de su tiempo?), pero tal vez, como lo deja entrever la lista de García Velasco, tampoco se consigue solamente con las referencias obvias a lo que "la gente quiere", "lo que la gente detesta", "lo que todo el mundo dice", etcétera. Si Cervantes hubiera trabajado a partir de la inclusión forzada de palabras-clave, términos puestos para complacer al "lector promedio" de su tiempo, el libro hubiera sido una novela de caballería más (en el <em>Quijote</em>, la palabra "Caballero" aparece en magras 660 ocasiones); y si hubiera querido, al modo del siglo XXI, excitar a la censura más ineficaz y risible, como sucede ahora, para conseguir publicidad gratuita, no sólo no hubiera vivido mucho (porque la censura nunca era risible, y era mucho más eficaz y brutal que ahora) sino que el libro se hubiera convertido en un panfleto, o en una serie de declaraciones morales o políticas absolutamente incomprensibles para nosotros.<br /> En otro momento volveré a escribir de este asunto; por ahora, para terminar, tomo un poco al azar algunas palabras solitarias del <em>Quijote</em>, como <em>magia</em>, que don Alonso pronuncia en el capítulo XIV de la segunda parte, cuando desenmascara al Caballero de los Espejos y encuentra que es idéntico a... el bachiller Sansón Carrasco. <em>Laura</em>, uno de los pocos nombres en esta parte baja de la lista, pertenece a un título: <em>Don Olivante de Laura</em>, uno de los libros de caballería que el cura y el barbero discuten durante el escrutinio de la biblioteca en el capítulo VI de la primera parte, y que el cura juzga digno del fuego "por disparatado y arrogante". Y una sola vez también, en el capítulo IX de la segunda parte, cuando un labriego no desea contestar las preguntas de Sancho y don Quijote, recién llegados al Toboso, sobre la bella Dulcinea, les dice: <em>adiós</em>.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1113320400395121132005-04-12T10:00:00.000-05:002005-04-12T14:23:49.166-05:00InsistenciaconvocatoriaLes dejo esta convocatoria; las personas interesadas en saber más o agregarse pueden escribir a <a href="mailto:edhurt@att.net.mx">este buzón electrónico</a>.<br /><br /><blockquote><em>Queridos amigos y amigas:<br /><br />Ponemos a su consideración la siguiente carta, dirigida a la Cámara de diputados en protesta contra el desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Desde nuestro punto de vista, no es necesario ser partidario del ahora ex Jefe de Gobierno para oponerse a la maniobra con la que se pretende inhabilitarlo como posible candidato a la Presidencia de la República. <br />Cremos que el momento demanda acciones decididas. Los convocamos a firmar el documento y a que, de ser posible, nos acompañen el próximo jueves 14 de abril, día en que nos reuniremos en el asta bandera del Zócalo capitalino a partir de las 10 de la mañana. De ahí caminaremos hasta San Lázaro, donde haremos entrega de la carta.<br /> Les pedimos, asimismo, hacer circular este correo.<br /> <br /> Un saludo,<br /> Eduardo Hurtado edhurt@att.net.mx<br /> María Rivera mariarri@yahoo.com<br /> Enzia Verduchi dassina@prodigy.net.mx<br /> Antonio Deltoro<br /> David Huerta</em> <br /><br />México, D.F., abril 8 de 2005.<br /> <br /> <br />LIX Legislatura de la Cámara de Diputados<br />Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional<br />Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional<br />Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México<br />Presentes<br /> <br />El pasado 2 de julio del año 2000 los habitantes del Distrito Federal emitieron de manera libre y soberana su voto. Ese día se eligió al ciudadano Andrés Manuel López Obrador como Jefe de Gobierno de la ciudad de México. El pasado 7 de abril ustedes votaron, por razones políticas, a favor de su desafuero y de la consecuente separación del encargo que como ciudadanos le conferimos. Lo hicieron a partir de argumentos legaloides que destacados juristas de diversas tendencias han considerado carentes de base, fabricados desde el gobierno federal a través del uso faccioso de la Procuraduría General de la República. Al proceder de esta forma han secuestrado la voluntad popular, al tiempo que han vulnerado nuestra de por sí incipiente y frágil democracia.<br />Este no es un acto de legalidad. No lo sería en ningún orden democrático, mucho menos en un país en el que ni la Presidencia de la República ni los órganos responsables de impartir justicia ni la institución de la que ustedes forman parte, han sido capaces de instaurar un orden legal eficaz, transparente y justo. Un país en el que, después de cinco años de un régimen de ?alternancia?, los responsables del Pemexgate, los amigos de Fox y Cabal Peniche permanecen impunes, cobijados por la complicidad y condescendencia de ustedes, representantes de la voluntad ciudadana. Estas omisiones, entre otras, desacreditan la idea de que el desafuero e inhabilitación que ustedes han sancionado es un acto de apego a la ley. No puede serlo si proviene de quienes, al aplicarla de manera selectiva, han dejado la legalidad en entredicho. Es, eso sí, una maniobra para sacar de la contienda por la Presidencia a quien encabeza la intención de voto para las elecciones presidenciales del 2006.<br />Por estas razones, los abajo firmantes, miembros de la comunidad artística y cultural, nos pronunciamos enérgicamente contra el desafuero al que ha sido sometido López Obrador. Asimismo, demandamos que el Estado mexicano en su conjunto sea leal a las instituciones democráticas y permita que la contienda por el poder se dirima en las urnas. No todos los que firmamos esta carta somos partidarios de López Obrador, pero todos defendemos su derecho a presentarse como candidato en el 2006.<br /><br />Firmas: <br /><br /><br />David Huerta (poeta), Eduardo Hurtado (poeta), María Rivera (poeta), Enzia Verduchi (poeta y editora), Antonio Deltoro (poeta), Gerardo de la Cruz (escritor). </blockquote>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1113228580265253792005-04-11T09:02:00.000-05:002005-04-11T09:09:40.266-05:00Resistenciaartículo (cita) y enlacesEn <a href="http://atari2600.blogspot.com" target=_blank><em>Atari 2600</em></a>, el blog de Tryno Maldonado, leo este artículo, que él tomó de <a href="http://www.jornada.unam.mx/2005/abr05/050408/026a1pol.php" target=_blank><em>La Jornada</em></a> y fue escrito por Luis Villoro, filósofo mexicano e intelectual de los que dignifican (y no al revés) el término. Lo reproduzco igualmente.<br /><blockquote><strong>Frente a la corrupción de la democracia, la resistencia</strong><br />Luis Villoro<br /><br />Democracia es el poder del pueblo. Pero el poder del pueblo puede manifestarse en muchas formas. Hay una "democracia comunitaria" que se muestra en muchas de nuestras comunidades indígenas, hay una "democracia republicana", como empezó a darse en el Renacimiento europeo. Pero en México, como en todos los países occidentales modernos, se ha manifestado en una democracia representativa de corte liberal. <br /><br />En la democracia representativa liberal el pueblo manifiesta su voluntad mediante sus representantes electos. Y la democracia representativa puede corromperse. Se corrompe cuando sus representantes ya no obedecen a la voluntad de sus electores sino a sus propios intereses y el Congreso ya no sigue la voluntad general de quien lo eligió. <br /><br />En México esa situación se dio, al menos, en dos momentos claves. El primero fue cuando, en 2001, el Congreso se negó a reconocer los derechos de los pueblos originarios que constituyen la nación mexicana, porque México es una nación plural constituida por varias culturas de pueblos diferentes. Al no reconocer la pluralidad de la nación, los "representantes del pueblo" se manifestaron contra los derechos de los pueblos indígenas y provocaron una rebeldía que daría lugar a la defensa de una "democracia con justicia y dignidad", y a la construcción de la autonomía zapatista, ejemplo para muchas otras comunidades indígenas. De esta primera corrupción de la democracia fueron responsables los supuestos representantes del pueblo. <br /><br />Pero era necesario un segundo paso para que la corrupción de la democracia fuera patente: el paso contra la misma democracia representativa de corte liberal. Cuando en 2005 los diputados decidieron por mayoría desaforar a un candidato a la Presidencia de la República que presentaba posibilidades reales, no sólo mostraron un desprecio a la voluntad popular, que los eligió, sino un rechazo por el estado de derecho del que supuestamente forman parte. Andrés Manuel López Obrador pudo haber cometido un desacato, mínimo desde un punto de vista jurídico (ignorancia de un amparo, rectificado con sus acciones posteriores), pero eso no puede justificar ni descalificar la voluntad de sus electores, como lo han demostrado juristas ampliamente reconocidos. La corrupción de nuestra democracia representativa se ha hecho patente en el intento de desafuero del jefe de Gobierno electo del Distrito Federal. Ahora se muestra la imposibilidad de nuestros legisladores no sólo para reconocer los derechos de los pueblos originarios que forman nuestra nación, sino incluso la imposibilidad de los ciudadanos libres de nuestra nación para darse los gobernantes que ellos determinen. <br /><br />Frente a la corrupción de la democracia, la solución no es la revolución. Las revoluciones -la historia moderna lo ha demostrado- para obtener una sociedad superior sólo lograron provocar un mal mayor. Pero hay otra alternativa: la resistencia civil. Lo han señalado los propios autores liberales desde Locke hasta Rawls. <br /><br />La resistencia civil frente a la degradación de la democracia puede tener muchas formas y revestir muchos grados (huelga general, negativa al pago de impuestos, actitudes colectivas de brazos caídos, etcétera). Pero la resistencia personal y colectiva frente a la corrupción de la democracia tiene que manifestarse.</blockquote>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1113228153354874412005-04-11T09:00:00.000-05:002005-04-11T09:15:35.290-05:00El regreso del Feocita y enlaceEl <a href="http://feo.blogspot.com/" target=_blank><em>Diario de un feo</em></a>, un muy interesante blog español que había estado inactivo por meses, vuelve con notas como ésta:<br /><br /><blockquote><strong>cuando la muerte es una fiesta</strong><br />me lo dice la cope, y yo no soy quien para negarlo.<br />que la noche del pasado sábado, noche en que el arzobispo y metropolitano de la provincia de roma decidió dejarnos, se escucharon en la catedral de la almudena de madrid (españa) "vivas a la españa católica".<br />que en los momentos de silencio, entre rosario y rosario, se pudieron escuchar el arrastrar de cadenas y hierros forjados.<br />que la virgen de guadalupe se apareció al respetable dos veces. la de fátima cuatro y la mujer del rabino de la sinagoga de l?ille seis.<br />que en la sacristía una loba parió tres carneros y tres gorrinos, media libra de costillas de cordero y doscientos gramos de gouda.<br />que las tres adolescentes vírgenes (dos en realidad) que entre la concurrencia se hallaban concibieron sin pecado.<br />que se bebió, se cantó y se bailó hasta altas horas de la madrugada. hasta perder el mundo de vista. hasta que el cuerpo dijo basta.</blockquote>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1112811585749244102005-04-06T19:37:00.000-05:002005-04-10T11:42:34.190-05:00Ética, patrullas condenadas y MSPapuntes, citas y enlaces0. <em>(Agregado el día 7). </em><a href="http://trapoviejo.blogspot.com/2005/04/farewell-saul-bellow.html" tarhget=_blank><em>The Art of Fiction</em></a> acaba de ser actualizado con una serie de enlaces a notas alrededor de la muerte de Saul Bellow (1915-2005), información de fondo, reseñas y más. También, un texto de <a href="http://trapoviejo.blogspot.com/2005/04/saul-bellow.html" target=_blank>Daniel Espartaco</a>.<br /><br />1. <a href="http://luzdefosfeno.blogspot.com" target=_blank>Iván Farías</a>, escritor y amigo, dejó lo que sigue en los comentarios a la nota anterior:<br /><blockquote>El principal problema al cual nos estamos enfrentando es a la falta de compromiso. Ayer mismo escuchaba en el autobus donde viajaba, a tres chicos que platicaban sobre lo poco comprometidos que estan con todo, sintiendose muy bien con eso. Esto viene por la posicion politicamente de aceptar todo y estar supuestamente abierto a todo, pero no tomar una posicion con respecto a nada, porque todo se vale. Cuando todo esta bien, nada esta bien. <br /> Cuando una persona me dice que le gusta todo tipo de musica, inmeditamente hago un mohin y me alejo rapidamente de ella. Prefiero ser un intolerante, que un tipo comprometido a medias.</blockquote><br /><p> ¿Les gustaría conversar sobre ética, esa materia tan pasada de moda? Se queda abierto el enlace de comentarios.<br /><br />2. En lo que tengo el tiempo para colocarlo en la barra de al lado, les recomiendo este texto, que ya había encontrado en la red pero ahora reveo (y releo con más cuidado) a partir de una investigación que emprendí hace algunas semanas para un ensayo: <a href="http://www.dhalgren.com/Doom/index.html" target=_blank><em>Doom Patrols</em></a> de Kevin Shaviro, una "ficción teórica sobre posmodernidad y cultura popular" con capítulos dedicados a Michel Foucault y a Herschell Gordon Lewis (el padre del <em>gore</em>), a Daniel Paul Schreber y a <a href="http://members.fortunecity.com/wallyoeste/resenas/doompatrol.htm" target=_blank>Cliff Steele</a> (quien no existe).<br /><br />3. Con esta nota, <a href="http://mariosantiago.infrarrealismo.com/">Mario Santiago Papasquiaro</a> habrá salido de la página principal de esta bitácora. Dejo un poema temprano suyo:</p><br /><blockquote><strong>Comienza a vomitar la luz</strong><br /><br />El Amor no es una ecuación mental,<br />el Odio sí que raspa las rodillas<br />enmudece labios / encanece niños;<br /> por lo pronto<br />ningún dibujito fálico<br />en la pizarra de una escuela es la vida/<br />porque mientras la muerte<br />camina ya sobre nosotros:<br /> "Tarantula´s Power",<br />la Vida no puede seguir siendo<br />un mero manchón de comida<br />sobre la ropa limpia.<br />Ni ésto,<br />ni un póster de Raquel Welch<br />o Emiliano Zapata reducido a póster;<br />De una vez:<br />Ni las fábulas de<br />Stalin o Samaniego.<br /><br />Mario Santiago<br />21-Septiembre-1974</blockquote>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5214861.post-1112669525183682202005-04-05T08:09:00.000-05:002005-04-05T09:12:59.226-05:00¿Quién es ese?apuntes<img src="http://home.hib.no/mediesenter/mytobib/illos/vlad%20tepes.gif" alt="¿Quién es?" /><br /><br />El domingo pasado me invitaron a participar en una mesa redonda sobre Julio Verne en el Circo Volador, un foro y casa de cultura de la ciudad de México, dentro de un festival organizado por el grupo Goliardos, promotor de cultura gótica. Atípica y todo, la mesa sería parte de un festival de literatura, música y performance que el grupo organiza un par de veces al año, y en ella estaría, además, el director de uno de los planteles de la Alianza Francesa en la ciudad.<br /> Y de público no fue nadie.<br /> <a href="http://rax.blogspot.com">Rax</a> iba conmigo y discutimos las posibles causas, en lo que aguardábamos un momento en el que fuera sensato descartar cualquier esperanza de un espectador (siquiera despistado) y pudiéramos marcharnos. Pensamos que podría ser un problema de promoción, de costumbre del público (¿Julio Verne en un espacio <em>gótico</em>?), del triple golpe en la rutina que dieron el cambio al horario de verano, la muerte del papa y la suspensión, México siempre fiel, de los sagrados partidos de futbol del domingo. También conversamos con Alfonso Franco, narrador y segundo de Goliardos desde hace muchos años, quien dijo que podía deberse a que la muerte de la ciencia ficción (el agotamiento definitivo de sus temas, el desinterés por el futuro en un mundo cada vez más aplastante y desprovisto de oportunidades) arrastra a Verne al olvido y al desinterés general.<br /> Parece saber de lo que habla, pues luego nos contó esta anécdota: ahora, muchos adolescentes se vuelven góticos de la noche a la mañana (o de la mañana a la noche, como prefieran) y se integran a la escena <em>dark</em> en cuerpo y alma durante... dos semanas, en lo que mamá se enoja lo bastante; una de estas víctimas de la moda abordó a Alfonso a la salida de otra conferencia y le preguntó si es cierto que Drácula es el Judío Errante. La mezcla entre realidad y ficción fue hecha (parece) con enorme soltura. Atando cabos, resultó que la <em>única</em> fuente de información sobre Drácula que el tipo tenía era <em><a href="http://www.imdb.com/title/tt0219653/">Drácula 2000</a></em>, una película muy inferior, según me dicen, al (bajísimo) promedio. No sabía nada más de cine de horror, nunca había leído un libro, nada.<br /> Ese mismo despistado, u otro, qué más da, se le acercó a Alfonso cuando éste atendía un puesto de libros y le señaló el retrato que decoraba el puesto y que reproduzco arriba: <a href="http://www.geocities.com/Area51/Hollow/6029/vlad.html" target=_blank>Vlad Tepes</a>, el personaje histórico que inspiró en parte la creación del vampiro literario. "¿Quién es ese?", le preguntó, pensando que podría ser un modelo o el vocalista de una nueva banda.Unknownnoreply@blogger.com